Thursday, November 23, 2006

Serenando

Por ahí ando yo,
como una garúa a tu alrededor
pronunciando tú nombre...
a veces es difícil saber cuando
parará de llover
y saldrá el arco iris
aunque esto signifique irreductiblemente,
que habrá parado de llover.

Friday, November 17, 2006

Epitafio

Soy yo,
cuando te hablo de tus frutos, de mis flores,
de tus hojas, de mis brotes;
soy yo,
cuando me convierto
en las copas, los árboles,
ramas, raíces;
soy yo,
cuando te hablo de mi parque, tu barrio,
mi casa, tu patio;
soy yo,
cuando soy quien quiero ser,
cuando soy quien soy,
cuando soy quien tú quieres,
incluso cuando intento ser quien no soy,
para que desde tus frutos hasta mis brotes
desde tus árboles hasta mis raíces,
y desde tu parque hasta mi patio,
todo encaje en este enigma eterno,
entre la distancia que hay
de tu ojo a mi pecho;
porque a final de cuentas,
y después de todo,
también soy tú.

Wednesday, November 15, 2006

Mar

El futuro también tiene su historia «Embarcarse.
Uno no sabe qué barcos encontrará,
qué tempestades tendrá que soportar,
a qué puertos tendrá que llegar.
Parte, sin haberlo previsto todo, y llega. [...]
Naturalmente siempre habrá algún riesgo.
Pero esto no impide partir.»P. Louis J. Lebret, Principios para la acción, 1944


Quién sabe qué sortilegio
traes a mis ojos cansados de mirar
que acaricia mis pies y arrastrando mis tobillos
me invita a abandonar estas huellas,
para sumergirme en tu vientre de jugo lunar;
los días son más cortos
y me siento naufragar en tu eternidad,
las olas vienen y van,
la noche cae,
la cerrazón se apropia la superficie
y yo me aferro a tu costado para salvarme.

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Hombre de Júpiter: Soy prudente con mis desenfrenos, prefiero dejarlos tranquilos que desordenarme en ellos, porque no sé a dónde me puedan llevar.

Mujer lunar: Si hace cinco años hubieras dicho eso, esta historia sería otra y nosotros seríamos los mismos.

Atacama

La espesura de las dunas
se yergue atribulada
al pie del horizonte,
avanza mi soledad sin saber
donde me llevarán mis pies,
busco entre la arena sin mar
el verde y el azul
en el que mis ojos puedan recostarse
al menos una vez más
si hay oportunidad,
para volverte a mirar.

Tuesday, November 14, 2006

Camino de Regreso

Tu mirada se queda congelada en el horizonte, sigues viviendo eclipsado en la aurora de otra ciudad, tus pestañas ya no alcanzan a quedarse en el andén del Ferri, cerca de Estación Retiro. Los botones de tu camisa intentan huir para regresar sobre sus pasos, tu cabello se enreda en el viento de la primavera y hace esfuerzos por aferrarse a las flores de un tímido ceibo.

Yo te contemplo desde lejos, tu imagen se vuelve reflejo en la ventana y mis ojos no consiguen acusar los detalles de tu rostro vagabundo, que mira una alfombra de diminutos pétalos amarillos acurrucados debajo tus gastados zapatos.

No es fácil seguir la pista de pasos andariegos, desde tu casa en Recoleta hasta la Plaza Francia. Llegas y te tumbas sobre el pasto humedecido y te mojas de cielo hasta los labios; yo en cambio te persigo con mi pupilas para soñarte a mi costado; imaginando en el ocaso, que camino de tu mano sobre las nubes de la calle Corrientes y que me llevas colgada en tu cuello de bufanda gris. De repente, todo se esfuma, para advertir que te has marchado, abandonando sólo las formas de tu cuerpo sobre la hierba; que al igual que yo, ya empieza a extrañarte, cuando tu ausencia nos despide hasta el próximo domingo.

Todos los días intento descifrar el enigma que llevas en el pecho, y hago esfuerzos para que mientras acarreas tus pesares y tristezas en el sombrero, mi aliento arrebate junto a la brisa de la ventolera entreabierta, el turbante de lágrimas que te pusiste desde el invierno.

Quién sabe, cuál es tu historia, ni qué secretos y heridas ocultas en el bolsillo de tu abrigo, sospecho que cual niño de un pequeño barrio escondes entre tus dedos: un caramelo, una resortera, tres canicas, un peso para comprar dulce de leche y tu sonrisa de angelito de barro; tal vez junto a todo esto, encuentre trozos de papel con bocetos de poemas, una servilleta con acordes y pedazos de estrofas de tu última tentativa de canción; tu vitela, una copia de cronopios y famas de Cortázar, y flores de un jardín cercano; como huella de esta última época de rebelión.

Aquel día me crucé contigo en la florería cerca del Parque Chacabuco, comprabas un manojo de cartuchos blancos, y yo me abrazaba a un atado de rosas rojas. Tus ojos se cruzaron con los míos, y dejaron nacer en tus labios la sonrisa de luna embrujadora, que hasta ahora llevo conmigo prendida en mi oreja izquierda. No me dijiste nada, y mejor dicho, casi lo dijiste todo.

A veces no me queda más, que perseguirte por esas calles melancólicas y alegres, de viajeros de todos lados, que ya no saben de dónde eran, pero que ahora saben de dónde son, o quién sabe. Callecita, farol, abarrotería, plaza, mate, mesita de un pequeño café; teatro, detallitos de aquel pueblito grande, todo está ahí.

Pero este viaje por todos los campos y caminos, llega a su fin cuando después de pensarte a oscuras cada hora en mi memoria para verte regresar, sólo espero en vela, mirar contigo el alba reflejada sobre el mar. El tiempo me arranca las raíces para plantarme en otro suelo, y la tierra que sueñas despierto no puede ser nuestra.

Peregrino, yo sigo esperando a que vuelvas, para caminar por arterias y vientres que sean nuestro territorio, distrito de caricias tímidas, jurisdicción para las manos, comarca de la luz.

Si aún queda alguna lágrima en tu pestaña, y tu corazón te llama a regresar, toma la calle del Parque Chacabuco, trae las flores blancas y las cosas de tu bolsillo, olvida tu chaqueta en el pequeño café, avanza por la calle Corrientes, Plaza Francia y Recoleta, toma unos pétalos amarillos y las flores del ceibo... Cuando llegues a Estación Retiro, ya no lo pienses más, suelta tu sombrero al viento que entra por la ventolera, y vuela hasta tu hogar...

Aquí te espera una casa, que está sobre una colina, tiene un jardín sembrado de estrellas y los adoquines cubiertos de corales de perlas... Tal vez, ya no tengas que caminar más, aquí te aguardan siempre las cosas queridas, en cada rincón de mi morada. Deja tu equipaje en la puerta, que no haya más adioses, ni andenes tristes de portales de otros tiempos.

No dejes que se acabe esta estela de magia y se consuma nuestra voz, ahora sólo quiero sumergirme entre tus brazos, sanarte las heridas, acunarte en mi corazón, y ver contigo cómo germinan nuestros días...

Rostro

Hay días como éstos,
en que definitivamente
haces falta en todos lados,
te veo en cada cosa y
cada gente que miro;
aunque, puedo decir con franqueza que
lo más difícil de distinguir son los detalles
de tu rostro, de tus manos;
esos sí, sólo puedo encontrarlos
en tu patria y en tu alma,
en sus ciudadanos y su espíritu,
para los que mi voz
les ha hecho himno y versos,
mi entraña, suelo y vida,
mi esperanza, arco iris y canción.

Wednesday, October 04, 2006

Paisaje

Anoche me escapé por la ventana, anduve descalza entre el rocío lunar que iluminaba los montes, valles y parcelas de mi patria; fue sencillo perderse en el bosque, dormir en los descampados, cubrirse con estrellas, tomarte de la mano y bailar contigo la serenata de aquel viento nocturno, arrullándonos hasta el amanecer...

Más es fácil perderse en la noche, que nos aguarda siempre, sólo basta cruzar el umbral de la ventana que forma tu cuello, cuando te miro de espaldas en mi pecho, y asoma tu luna creciente en mis sueños...

Monday, September 04, 2006

Bocetos

... A la orilla del papel, en la esquina de tu cuello, por el borde de tu costado, en el pliegue de tu cadera, en el abismo de tus ojos, entre tus dedos traviesos... siempre hay sitios donde comenzar, terminar y ahogar la tentación...

Tatuaje Espiral



... Lo que él no sabía, es que ella lo esperaba en otro hostal, en otro cuarto, en otra cama; con la boca llena de miel, con los ojos llenos de alma, con el alma famélica por él, con los muslos colmados de luz del alba... Pero, definitivamente no era ella la que él había conocido, “ella” era otra, que él no recordaba porque sólo se había cruzado con ella en los pasillos del sueño; y como pasa a menudo con los sueños, son difíciles de recordar cuando uno se despierta, desnudo, sudado, complacido, mojado y feliz...
El problema es que esta nueva ella, lo esperaba en un hostal lejano, cuya dirección sólo era posible encontrar cuando él se dormía, guiado por un tatuaje espiral que se enroscaba en la espalda de ella y que al final de la jornada ya no era si no, el vientre de él...

En blanco y negro

Si se acabara el presupuesto
para pintar los colores del mundo,
si se robaran el degradé
y en la paleta los pigmentos,
y si sólo contara
con unos pocos trucos de magia
para hallarte en la oscuridad,
intentaría una forma más sencilla de mirar,
a través de mis manos catalejos
recorrería las formas del universo
hasta hallar tu paisaje lunar;
mis oídos cual radar atento
procurarían divisarte
en el horizonte austral de tus versos,
mi nariz colibrí policromo
buscaría en el viento el aroma de tus jugos en flor,
y mis dedos cual mariposas traviesas
de treinta y cinco grados,
se posarían sobre tus cálidas mejillas de casi treinta y seis
cuando me miras;
entonces seguramente me hallaría
en lo profundo de tu calor
sea cual fuere,
y aunque quisiera pensarte en tecnicolor
sólo me imagino hallarte
en azul, seguramente serías azul.

El niño de los cerillos

...Cajita de fósforos llena de ilusiones, sabes estremecer cualquier breve recuerdo en la historia de los niños ahora adultos, para encender imágenes más reales y cotidianas, embarradas de dedos de chocolate y boquitas pintadas de helado... Escaso en estos tiempos para ahora los viejos verdes que somos, que no olvidamos cuando éramos pibes, chiquillos o angelitos de barro...

La Plaga

...Súbitamente las tinieblas lo cubrieron todo, asfixiando angustiosamente los últimos vestigios de nuestro invaluable tesoro. Una vez, que la nada se enseñoreó en nuestras vidas, sentimos que todo había terminado y desesperadamente sin deseos de mirar atrás huimos hacia aquel portal que se había convertido en nuestra última esperanza, la cual nos transportaría a un mundo nuevo para reconstruir nuestra existencia y aprovecharla a plenitud, sin olvidar la irreparable pérdida que como lección de pesadillas nos contempla absorta entre los jirones del pasado...

Aún tú no habías nacido. Eran tiempos muy difíciles y la idea de una nueva generación no estaba en nuestro pensamiento, nuestras mentes sólo concentraban su energía para alcanzar la única meta posible: la supervivencia.

Los recuerdos como niebla de ensueños mágicos retornan a mi mente con visiones de cielos despejados y adornados por una estrella muy brillante que nos alimentaba con su luz y calor, revistiéndose al llegar la noche de una túnica oscura salpicada de pequeñas luces parpadeantes que rodeaban a la blanca lumbrera que endulzaba nuestros sueños, haciéndonos dormir plácidamente.

Una alfombra verde con perfumes misteriosos se desplegaba a nuestros pies, enredando en su espesura una variedad de seres que conjugaban el esplendor de la vida. En ciertas extensiones pululaban otros miles de curiosos seres en una sustancia líquida y cristalina que cubría la piel desnuda de la tierra. Aves en el cielo revoloteaban con alegría, deleitándonos con su melodioso canto que enunciaba la llegada de un nuevo día. Todas estas maravillas estaban envueltas por una capa de vida pura y transparente.

Como te imaginarás, algunos años después, la armonía fue quebrantada por un misterioso ente que astutamente supo hacerlo, pues nadie lo veía y los pocos que lo hacían callaban; porque de él obtenían beneficios materiales pasajeros, que disfrutaban cerrando los sentidos y el entendimiento, para evadir las señales de aquella presencia maligna que a pasos agigantados se incubaba.

Él fue infiltrándose en cada cosa y ser viviente, fue haciéndose cada vez más fuerte e incontrolable. Carcomía los bosques, desgarraba las montañas y calcinaba las selvas, transformando todo en un desértico infierno. Luego, empezó a envenenar el agua, convirtiéndola en masas de lodo repugnante que con el paso del tiempo terminaron aniquilando toda vida existente en ellas.

Él actuaba monstruosa e impredeciblemente, y aún así no lo distinguíamos, no salíamos del abismo de la inconciencia. Sólo hasta que empezamos a advertir de cerca los signos de muerte que caían del cielo, que proliferaban en la tierra y flotaban en el poco líquido vital que quedaba; comenzamos a buscar el por qué, pero ya era demasiado tarde.

Vi a los pájaros ser atrapados por sus negras garras, vi a los peces ser asfixiados por su nauseabundo aliento. Sí, lo vi, con miedo y con tristeza, porque lo arrasaba todo... absolutamente todo, dejando a sus paso sólo huellas de destrucción y desolación. Entonces, inesperadamente, en aquel omento una sensación extraña recorrió mi cuerpo, el aire estaba enrarecido, y supe que sería el próximo, una víctima más que no tendría donde ocultarse; porque al igual que todos, yo era vulnerable. Así, luché incansablemente, hasta que sucedió lo inevitable... Él empezó a invadirme, afectando cada una de mis células, consumiendo mis pensamientos, llevándome a la locura. Pero, sabía que tenía que ser fuerte, tenía que soportar y ayudar a mis compañeros a los que observaba ser atacados por lo mismo que me estaba destruyendo en ese momento.

Rápidamente nos hallamos infestados de úlceras dolorosas que nos mostraban que él estaba anidando en nosotros, haciéndonos tremendamente frágiles...

Nuestro mundo se estremecía en medio de una lluvia de lágrimas que brotaban del cielo, como protesta por su dolor. Y ante nuestra mirada atónita, se desencadenaron toda una serie de extraños fenómenos que semejaban las emociones de una tierra en agonía.

La otrora esfera mágica se despedazaba con tal estrepitoso estruendo, que llegó a retumbar en nuestros espíritus oprimidos y nos hizo despertar... recuperando entonces la esperanza que aún permanecía en nosotros, convencidos de que debíamos sobrevivir, nuestros anhelos se hicieron más fuertes para darnos el valor, que nos permitiría encontrar la salida entre las espesas sombras que nos cubrían.

De pronto, una paz interior nos embargó al divisar un pequeño resplandor que nos guió hacia el portal, aquella única alternativa de escape ante la hecatombe que fugazmente se aproximaba hacia nosotros.

... Y oscureció de repente...

De ese mundo que dejamos atrás, sólo quedaron las memorias de las guerras fraticidas y nuestra ofensa imperdonable hacia el don preciado de la vida, que fue otorgado con amor a la humanidad, para los hijos de los hijos de hombres, animales y de toda forma viviente; legado divino que destrozamos en aras de otro ideal, destruyendo y contaminando sin piedad.

Ahora, tú puedes admirar este portal, donde se enjuga cada lágrima de nuestros ojos al recordar el éxodo que tuvimos que experimentar, para alcanzar la libertad de nuestras almas, presas por la culpa de haber creado “aquello” sin medir las consecuencias.

Alégrate!, porque aquí ya no existen las penas, ni el dolor, ni la muerte; ni siquiera “la plaga” porque todo lo anterior... Ha pasado.

Friday, September 01, 2006

Hipocondría a Gotas

...Desde lo alto las miradas atónitas acusaban los miles de libros amontonados, temiendo que sobrevenga el estallido, de los textos que se estremecían resquebrajándose como cascarones de polluelos... No fueron hojas lo que emergió de ellos... eran niños, llenos de amor y sin miedo, que hablaban mil lenguas extrañas, contándonos historias de revoluciones de otros tiempos...

Thursday, August 17, 2006

De hipocondría a mito

... A veces muchos solemos ser libros, otros kamikazes, gotas de lluvia o granizo, probablemente yo quisiera ser libro y que alguien nos recuerde como un pasaje o breve capítulo en la vida de otros...

Mensaje de texto lunar

... Eres luz que se cuela en mi pupila hasta mi pecho y se escapa por mis poros como gotas de rocío platinadas al alba...