Tuesday, March 27, 2007

Alevosía

(Conversación con la Princesa del Círculo Polar:
“Del amor pacífico al amor insurgente”)

No me resigno a olvidarte,
a renunciar a este enigma,
a cesar este asunto pendiente,
a abandonarme a un lado del camino
a quedarme contento, a dejarme tranquilo;

no me someto a las reglas del mundo,
a desertar de las líneas del frente,
a esquivar el pecho a las balas,
a flaquear mi estrategia en combate,
a permanecer impávido, a pasarme dormido;

porque para estremecer lo que siento
mis ojos necesitan volver a saltar verjas,
mis pensamientos precisan esconderse en el armario de tu pieza,
mi pecho demanda ahogarse en tu aliento,
mis manos exigen colgarse de los balcones y tejados de tu templo;

porque para quedarme dócil y aburrido
despacio en la calle, caminando sin latido,
prefiero soltarme al viento travieso,
zambullirme agitado en el túnel del tiempo,
saludar reñidor y pendenciero al péndulo
y decirle rebelde, me quedo insurrecto.

Arena blanca













La espuma de las olas al atardecer
quiere contar una historia de otro mundo
que hay debajo de nuestros pies,
más allá de los caracoles y erizos,
escalones de guijarros esmeralda y rubí,
conducen a una alfombra de algas tornasoles
que danzan sin fin,
guiando hasta tu casa coralina
en el fondo del azul;

sabias tortugas marinas susurran tu llegada
al viento apacible del océano,
cuentan que una mañana de abril
bajaste envuelta de sol
vestida con rosas blancas y amarillas
calzada con zapatillas bordadas en flor,
peces de colores hicieron corte con arpas melodiosas
para verte llegar;

hipocampos y medusas bailaron alegres
y nadie se cansó de festejar,
cuando la noche irrumpió tiernamente la celebración
las aguas murmuraron canciones de cuna
para arrullar tus ojos,
y acariciar tu rostro,
con pétalos de luna.

Ahora las luces de tu colorido
siempre están encendidas en el fondo del mar
se quedaron para cuidarme
y velar mis pasos sobre esta playa,
al otro lado del umbral.

Más yo te extraño, cada día
y aunque las olas hacen cosquillas a mis dedos
trayendo mensajes tuyos
empapados de alegría y serenidad;
y aunque envíes la brisa marina
a llevarse la nostalgia del ocaso en mi sien;

siempre espero en el crepúsculo verte llegar
con tu sonrisa y cabellos al viento,
por el rastro de arena blanca
que dejo en el sendero para ti,
con antorchas de luciérnagas
y libélulas cual pajes de carruaje,
que guíen tus pasos desde el azul
hasta mis sueños, sólo para abrazarte.

Tuesday, March 06, 2007

Arrullo de invierno

La lluvia cae
dentro y fuera de la casa,
goteras se cuelan
entre los pliegues del techo,
las nubes dicen que no parará;
el sol, seguro esta tarde
se queda a guarecerse junto a las estrellas,
en un rinconcito debajo de alguna flor
junto a otros escarabajos y cigarras;
las gotas se oyen tristes,
en el tejado de cartón;
las ventanas cansadas
empiezan a quedarse dormidas
en el sofá,
y sueños de días despejados
concurren devotos a la romería
con paraguas tornasoles
e impermeables de colores,
para rezar tu nombre / arco iris.