Monday, October 19, 2009

Aviso de epístola

Es probable que esta noche
llegues a casa y encuentres algo en tu buzón,
la banderola roja en alto desde lejos,
anuncia la llegada de este conato de carta
que no es sino, apenas una postal.
Esta, como podrás ver es de color azul y
habla de los puentes, esos angostos y hechos a mano
como también de los monumentales y concretamente fabricados;
si son estos o los otros, no importa mucho;
lo fundamental es saber de qué están elaborados.

El motivo de esta postal, no es explicar
las fórmulas arquitectónicas de aquellas estructuras,
el objeto de estas líneas es pedirte que independientemente
de los materiales que usemos en la construcción
de las bases trasatlánticas que comunican
tu orilla insular y mis costas continentales,
vayamos poniendo entre los cimientos
aquellas palabras fundamentales y
frases imprescindibles que hablan
de lo que sentimos clara y sencillamente,
que coloquemos entre pieza y pieza
esas respuestas que abundan dentro nuestro
y que nos inundan con sus razones como luciérnagas marinas.

Aquí desde la otra orilla,
espero que vuelvas sin ningún augurio y
con todas las promesas,
para seguir construyendo.

Saturday, October 17, 2009

Correspondencia

(Ciudad de destino: Ningún lugar.)



Seguramente esta serie de cartas y telegramas,
de postales y sus estampillas grises,
lleguen por debajo de tu umbral
y pienses
que no hablan de ti, ni de nosotros;
sin embargo, sus dobleces y bordes recortados
arribarán sin miedo y con alevosía infame
desde todos los frentes y grietas
de mi continente.

Esta primera postal
de color verde
no tiene otro fin que exponer mis razones escasas
pero concretas
sobre nuestros silencios y lo que se llevan
mientras duran.

Mientras duran los silencios
yo me muero detrás de estas líneas
y su tinta de duelo y lágrimas se derrama
por aquellos momentos
que sin saberlo han fallecido vírgenes y solos
sin que los hallamos vivido profundos y felices.

Mientras dura este silencio
el de hoy, no el de mañana,
yo sigo aguardando el acuse de recibo de esta postal
y me despido diciéndote
que los silencios pueden salvarse
siempre y cuando los alumbren
las palabras descalzas y sin armaduras
las frases desnudas y tímidas
que tiritan de pena en nuestros labios
para ser dichas.

Temporal

Me abrazo a tus horas de cansancio y agotamiento
siempre llegas para salvarme
de cualquier intento de tristeza
de alguna ausencia kamikaze
que amenace con derribar
mis puentes y fronteras cerradas;

me aferro a tu aroma de lunes
a tu olor a memorándum, oficio o circular
siempre acudes para abstraerme
de las cosas y el tiempo
de los detalles y recuerdos mínimos y cotidianos
que siguen golpeando insistentemente
las puertas y ventanas de mi casa;

me estrecho en tu exigencia incansable
siempre llega para recordarme, rodearme, envolverme,
pero sobre todo para protegerme,
puedo confiar en ti y me abandono en tus brazos
sé que tu horario llega con el día
para no dejarme en abandono
sé que no me pedirás nada
y al mismo tiempo te llevarás todo,
sin embargo, te acepto así implacable
y cruel,
ya no espero nada, sólo que llegues
con tu semana gris para acurrucarme
y guardarme seguro del mundo
en tus horas laborables.