(Intromisión al Mundo bipolar)
El ayer siempre llega,
querida muchacha,
a veces se instala en el sofá
y se fuma poco a poco los recuerdos;
más su aroma vaporoso de memoria
nos acompaña sólo hasta los escalones,
hacia arriba o abajo de la casa;
nunca nos abandonará en el sitio adecuado;
lo importante es saber,
que siempre habrá otros invitados,
que vienen con lujuria o con remanso,
para llorarnos o abrazarnos y dejarnos recostados
en otros rincones de la casa.