Tuesday, April 17, 2007

Pesca fugaz

Se abre tierna la noche
traga ansias de estrellas
devora, arrasa, llena
todo sobre la faz del mar;
su cabellera de nubes
acaricia susurrante
el vientre del océano
entre los vértices del horizonte
y el paisaje astral;

más allá de mi ventana,
ella lanza sedienta
no se cansa y juega
a pescar con hilos de luciérnagas
saltarines cometas;

más allá de mi ventana,
ella arroja ávida
no se rinde y apuesta
a sorprender en sus redes noctámbulas
cardúmenes de luz que danzan
y su aliento cósmico atrapa;

y en la oscuridad de su sombra
suave y tibio redil donde se vierte todo,
todo el firmamento en un abismo lunar
se acurruca apacible mientras las olas duermen,
mi pesca fugaz.

4 comments:

Ernesto said...

Es quizás mejor aprender que la primera impresión es lo que cuenta al final, para después no cometer alguna omisión innecesaria.

El juego, la pasión y el cariño es lo que hace hermoso este poema.

Unknown said...

Lo he leido varias veces...me invita a hacerlo..llama a imaginarlo..lo que deja un sabor dulce de imaginacion compartida. vivencias de muchos , fijacion de pocos , vemos a un colibri chupando el nectar..miles lo ven..solo dos lo observan..y tu ademas lo plasmas..eso es un don.

Andrés Emilio said...

No sé porque este poema me invita a dibujar un embarazo con las luciérnagas decorando el rastro de cesárea. Me imagino una panza iluminada sonriendo intermitente, me imagino el inicio de una vida que se escabulle de las redes que el doctor tiene entre sus manos para atrapar al nene vida leche escurridizo.

Sobre la caballera de nubes, recuerdo que siempre pensé eso del mar. Tantos túneles que uno atraviesa con la tabla, mientras envejecen y llenan de canas la orilla. Y es esa intimidad, la que te une al mar, y la que destila fantasía, la que embaraza de ilusión y fuerza cada átomo de vida, cada epíteto rimbombante que se cola por los aeropuertos para aterrizar en úteros de Nutella, para beberse la pesca fugaz eternamente.

Dina Bellrham said...

Hay un juego, y una cigueña colgándose de nuestros intestinos. Asì somos las fèminas, tanta vida suicidándose en nuestro aliento. Lo malo es que las cometas siempre se quedan atrapadas en algún techo.

Besitos
D